Fútbol Entrenamiento | Entrenar con intensidad: menos palos y más zanahorias
Un entrenador con experiencia tiene que trasladar a sus jugadores de fútbol una idea básica. La de que le importa mucho la calidad del rendimiento en los entrenamientos. Y para ello, la plantilla debe entrenar con intensidad. Deben dar el 100%, tanto física como mentalmente. Pero no vale todo para alcanzar los objetivos.
Un entrenador con experiencia no se puede permitir estar encima de sus jugadores dando gritos como un poseso, increpando. Éso no funciona, suele ser fuente de bloqueos mentales para los jugadores. Hay que dar menos palos y más zanahorias.
Un entrenador con experiencia debe hacerse entender por sus palabras y por sus hechos. En tres palabras, debe / dar / ejemplo. Y debe asegurarse de llegar con su discurso al entendimiento de cada uno de los miembros de la plantilla.
Después de varias sesiones de gritos, los jugadores se anestesian con las voces y éstas dejan de cumplir su función estimulante. Si alguna vez las tuvieron. Además, esos gritos pueden generar desapego por parte de los jugadores que en su fueron interno esperan alguna recompensa y verdaderas palabras de aliento por parte de quien les exige tanto. Menos palos y más zanahorias.
Atención y concentración
Para enseñar a los jugadores lo que se quiere explicar en los entrenamientos, al entrenador le deben escuchar con atención y deben asimilar lo que se les está diciendo. En los partidos, han de estar concentrados en lo que hacen, ellos mismos, el resto de sus compañeros y, por supuesto, estar muy pendientes de los rivales.
Un entrenador con experiencia tampoco debe descuidar la intensidad en los descansos de los entrenamientos, que en la práctica significa cronometrar los descansos, los tiempos de recuperación entre ejercicios.
La intensidad es un hábito que se pierde con mucha facilidad y cuyo nivel óptimo cuesta recuperar cuando los entrenamientos se relajan. Un entrenador con experiencia debe conseguir que sus jugadores consigan automatizar el hecho de entrenar con intensidad.
Pero no hay que equivocarse, entrenar con intensidad no significa azotar a los jugadores con una carga de ejercicios y desarrollar un instinto de autómatas.
De lo que se trata es de hacerles comprender que esforzándose al máximo, tanto física como mentalmente, estarán en condiciones de hacer frente a los retos que se les plantee sobre el terreno de juego. Con ello ganarán en seguridad y tendrán un objetivo de trabajo claro. Así de claro.

«Lo (bueno) que sucede después de un entrenamiento de fútbol meritorio nunca es casualidad».
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